martes, 28 de septiembre de 2010

Hernan Lauracio Ticona

Fundamento epistemológico de la investigación cualitativa

Por: Hernan Lauracio Ticona

[…]nuestro aparato conceptual clásico –que creemos
riguroso, por su objetividad, determinismo, lógica formal y verificación-
resulta corto, insuficiente e inadecuado para simbolizar o modelar realidades
que se nos han ido imponiendo, sobre todo a lo largo del siglo XX, ya sea en el
mundo subatómico de la física, como en el de las ciencias de la vida y en las
ciencia humanas. Para representarlas adecuadamente necesitamos conceptos [y
procedimientos] muy distintos a los actuales y muchos más interrelacionados
(Inter - y trans-disciplinarios), capaces de darnos explicaciones globales y
unificadas (Martínez 2008: 72).

Los fenómenos humanos y naturales, se expresan en acontecimientos y hechos reales que presentan múltiples facetas interrelacionadas que forman parte de una totalidad organizada: individuo – sociedad – naturaleza. El estudio de estas complejas experiencias vivénciales tanto humanas como naturales, requiere e implica revisar y repensar el método científico tradicional de cara a las exigencias y los nuevos paradigmas emergentes. Sabemos que el método científico sigue una “lógica lineal unidireccional, ya sea en una línea deductiva o en una inductiva” (Martínez 2008:36); pero éste modo de abordaje, hoy resulta corto e insuficiente para entender y simbolizar o representar la realidad como sistemas organizados donde sus constituyentes interactúan mutua y dinámicamente unas de otras[1].

También, se sabe que la lógica lineal deductiva es seguida principalmente en la ciencias formales (lógica y matemática) y en la ciencias naturales (especialmente en la física y química) para demostrar que un determinado teorema o proposición está implícito en los axiomas, postulados o principios fundamentales aceptados como válidos o como base de los nuevos conocimientos. Por su parte, la lógica lineal deductiva sigue el camino inverso y es desarrollada en las ciencias humanas, orienta y acentúa la constatación de las particularidades para arribar a conclusiones generales o universales.

Según Martínez (2008), la lógica lineal presenta limitaciones (por su unidireccionalidad, probabilidad, causalidad, reduccionismo y determinismo) y restricciones en la interpretación y explicación de los problemas humanos[2]. Para superar esta forma de razonamiento unívoco de la compleja realidad, el mencionado autor sugiere el uso de la lógica dialéctica; en la cual las partes son comprendidas desde el punto de vista del todo o del todo a las partes. A este proceso interpretativo, Dilthley (1976 [1900]) le denominó como el círculo hermenéutico. por el hecho, de que, en el proceso natural del conocer humano se busca el significado de los fenómenos a través de una interacción dialéctica o movimiento del pensamiento que va del todo a las partes y de ésta al todo; además, el todo sigue el mismo proceso e interacción con el contexto. Sobre el tema, Habermas (1996: 50) complementa que comprender o “interpretar [los fenómenos] significa, ante todo, entender a partir del contexto”.

[El círculo hermenéutico es el] movimiento que va del todo a la partes y de las partes al todo tratando de buscarle el sentido. En este proceso, el significado de las partes o componentes lo determina el conocimiento previo del todo, mientras que nuestro conocimiento del todo continuamente se corrige y profundiza por el crecimiento de nuestro conocimiento de los componentes. […]la lógica dialéctica supera la causación lineal, unidireccional, explicando los sistemas auto-correctivos, de retro-alimentación y pro-alimentación, los circuitos recurrentes y aun ciertas argumentaciones que parecieran ser “circulares. […]la lógica dialéctica goza de un sólido respaldo filosófico, pues se apoya en el pensamiento socrático-platónico-aristotélico, como también de toda la filosofía dialéctica de Hegel[…] (Martinéz 2008: 37-38; las cursivas son del texto original).

El pensamiento hermenéutico o dialéctico, indudablemente presenta un cambio del paradigma epistémico dentro de la comunidad científica. Ahora, el entendimiento y la comprensión de la realidad exige una mayor sensibilidad intelectual y una transformación epistemológica. Lo que significa, por una parte, superar la usual perspectiva unidimensional o monodimensional de la construcción del conocimiento, y diseñar una estructura conceptual (racionalidad de conocimiento) para la construcción de nuevos conocimientos, desde una óptica pluridimensional sostenida en los nuevos paradigmas como interdisciplinariedad y transdisciplinariedad.

Por otra parte, el estudio de la realidad requiere de un andamiaje metodológico que permitiese representarla como un “todo” (objetividad del conocimiento), partiendo de un principio o postulado totalmente diferente a la tradicional. De ahí que, es necesario optar por una metodología inspirada en el enfoque hermenéutico, en la perspectiva fenomenológica o en las orientaciones etnográficas; pues, se trata de la metodología cualitativa; la que permite asegurar la validez y la confiabilidad del proceso investigativo y de los nuevos conocimientos alcanzados (Martínez 2008; Goetz & Le Compte 1982; Morin 1981; y otros). Aunque, es muy difícil aseverar que los resultados de los estudios sean aportes de gran magnitud, novedosos y útiles para toda la humanidad; pero se debe tener la convicción de que el conocimiento científico es, “a pesar de su falibilidad, uno de los mayores logros de la racionalidad humana, y de que, mediante el uso libre de nuestra razón, siempre falible, podemos comprender, no obstante, algo acerca del mundo y, tal vez, incluso cambiarlo para mejorarlo (Popper 1997: 14).

Cabe puntualizar que el abordaje de problemas sociales implica y encierra diversos conceptos y teorías relacionadas a las ciencias humanas, como: sociolingüística, pedagogía social, antropología cultural, psicología socio-cognitiva y política social – derecho y otros. Consecuentemente, el estudio de estos hechos sobrepasa los métodos, las técnicas, las estrategias y las teorías elaboradas dentro del recinto monodisciplinario, fundamentadas en un enfoque, en unos axiomas, en un método, en una visión unilateral. En estas circunstancias reales e ideales, se es necesario experimentar una investigación enmarcada dentro de los enfoques inter y transciplinario.

Martínez (2008) precisa que en las investigaciones interdisciplinaria y transdisciplinaria, a diferencia de las investigaciones monodisciplinaria y multidisciplinaria[3], se procuran comprender desde adentro las relaciones internas y profundas de los sucesos, respetando la originalidad y la indivisibilidad de los fenómenos, y tratando de entender, a través de la interpretación de su lengua y gestos, el sentido que las personas dan a sus propias situaciones. En lugar de parcelar lo real, como lo hace la explicación, la comprensión respeta la totalidad vivida; así, el acto de comprensión reúne las diferentes partes de un todo comprensivo y se impone con mayor y más clara evidencia.

Ante de seguir ahondando sobre la inter y transdisciplinariedad, hacemos un paréntesis para precisar que la diferencia entre “comprensión desde lo interno” y “explicación desde lo externo” de los hechos, de alguna manera, está vinculada al contraste entre lo emic y lo etic. Estas dos perspectivas, como se sabe, son usadas en las ciencias sociales para referirse a dos tipos diferentes de descripción significativa (conscientes o inconscientes) de la realidad que están relacionadas con la conducta y la interpretación de los agentes involucrados: “investigador e investigados”. Así por ejemplo, una descripción emic de cierta costumbre de los habitantes de un lugar determinado está basada en cómo explican los miembros de esa sociedad el significado y los motivos de esa costumbre. Mientras tanto, una descripción etic (que no se traduce como ético), es una descripción de hechos observables por cualquier observador desprovisto de cualquier intento de descubrir el significado que los agentes involucrados le otorgan (Harris 1980).

En suma, lo emic – “punto de vista de los actores nativos”, se refiere a sistemas lógico empíricos cuyas distinciones fenoménicas o cosas están hechas de contrastes y discriminaciones que los actores consideran significativas, con sentido, reales, verdaderas o apropiadas. Lo etic – “punto de vista del investigador”, se trata de distinciones fenoménicas consideradas adecuadas por la comunidad de los investigadores científicos; los hechos no pueden ser falsadas al no ajustarse a las ideas de los actores sobre lo significativo, real, con sentido o apropiado; se verifican cuando varios investigadores coinciden usando operaciones similares. Se trata de un hábeas de predicciones cuyos fallos exigen reformular las probabilidades o toda la descripción (Cf. Harris 1980: 29 - 49). Teniendo en cuenta estas perspectivas, en el presente estudio se intentó abordar los actos comunicativos, pedagógicos y culturales suscitados en las escuelas, desde el punto de vista de los actores educativos, pero sin descuidar los puntos de vista del investigador tal como la academia actual la recomienda.

Reanudando los asuntos de inter y transdisciplinariedad; sobre éstos conviene prestar atención a Martínez (2008: 90 - 91), quién describe que: a) la investigación interdiscipliaria consiste en la “integración terminológica y conceptual”, así como, de resultados; es decir es una “integración sistemática”. Donde los participantes pertenecen a diferentes disciplinas; pero, la integración empieza en la definición de las bases epistemológicas, en el proceso, en la formulación del plan de acción y en la especificación de la contribución de cada miembro. La coordinación, la comunicación y el intercambio de puntos de vista son esenciales, para manejar un lenguaje común y seguir procedimientos metodológicos similares. Asimismo, los aportes y contribuciones de cada miembros son revisados, redefinidos y reestructurados teniendo en cuenta a los otros (la lógica de las diferentes disciplinas) hasta lograr un todo significativo.

b) la investigación transdisciplinaria consiste en una “completa integración teorética y práctica”. En ella los participantes trascienden las propias disciplinas logrando crear un “nuevo mapa cognitivo común sobre el problema en cuestión”. Dicho en otras palabras, los miembros logran compartir un marco epistémico amplio y una cierta meta-metodología que les sirven para integrar conceptualmente las diferentes orientaciones de sus análisis: postulados o principios básicos, perspectivas o enfoques, procesos metodológicos, instrumentos conceptuales, otros (ibid:: 2008: 91).

A modo de redondear las ideas descritas anteriormente, es importante resaltar que el estudios de corte cualitativo exigen un cuerpo de conocimiento que se apoye en una sólida base epistemológica; además, en un paradigma universal o global que permita observar la realidad como un todo articulado y guiar la interpretación de las interpretaciones y la explicación de las explicaciones de manera integral o como un todo coherente y lógico; entender que “no sólo la parte está en el todo, sino que también el todo en tanto todo está al interior de la parte” (Morín 1981:70).

Frente a ese desafío epistemológico y ontológico se sugiere optar por los nuevos paradigmas emergentes: interdisciplinariedad y transdisciplinariedad. Estos permiten, tal como digiera Martínez (2008) superar el realismo ingenuo, salir de las asfixia reduccionista y entrar en la lógica de una coherencia integral, sistemática y ecológica – pensamiento complejo[4]. En otras palabras, dichos paradigmas permiten ingresar en una ciencia universal e integradora; adoptar y seguir un enfoque modular, estructural, dialéctico, gestáltico, esteognóstico; donde se entiende que todos afecta e interactúa con todo, donde cada elemento no sólo se define por lo que es o representa en sí mismo, sino, especialmente, por su red de relaciones con todos los demás.

Bibliografía

ANDER-EGG, Ezequiel
1983 Técnicas de investigación social. Buenos Aires: Editorial Humanitas.

CERDA GUTIERREZ Hugo
1993 Los elementos de la investigación: cómo reconocerlos, diseñarlos y construirlos. Quito: El Buho Ltda.

GOETZ, J.P. & LeCOMPTE, M.D.
1988 Etnografia y diseño cualitativo en la investigación educativa. Madrid: Morata.

GOETZ J.P & Le COMPTE, M.D.
1982 “Problems of reliability and validity of ethnographic” En: Review of Educational Research N° 52 (31 – 61)

HAMMERSLEY, Martin & Paul ATKISON
1994 Etnografía – Métodos de investigación. Madrid: Paidós Básica.

HERNÁNDEZ S, Roberto; Carlos FERNANDÉZ y Pilar BATISTA
2010 Metodología de la investigación. Quinta edición. México: Mc Graw – Hill Interamericana.

MARTÍNEZ MIGUÉLEZ, Miguel
2008 Epistemología y metodología cualitativa en las ciencias sociales. México: Editorial Trillas

[1] “si observamos nuestro entorno vemos que estamos inmersos en un mundo de sistemas. Al considerar un árbol, un libro, un área urbana, cualquier aparato, una comunidad social, nuestro lenguaje, un animal, el firmamento, en todos ellos encontramos un rasgo común; se trata de entidades complejas, formadas por partes en interacción mutua, cuya identidad resulta de una adecuada armonía entre sus constituyentes, y dotadas de una sustantividad propia que trasciende a la de esas partes; se trata, en suma, de lo que, de una manera genérica, denominamos sistemas” (Aracil 1986: 13)
[2] “La mayor debilidad de la lógica lineal es su irrealidad, es decir, su lejanía de la realidad concreta, especialmente si se trata de problemas de las ciencias humanas, donde no se da únicamente una variable independiente, una dependiente y una relación de causalidad, sino que siempre entran en juego docenas de variables que no son lineales, ni unidireccionales, ni solamente causales (sic), sino variables que interactúan mutuamente y entre las cuales se da toda clase y tipo de relaciones: causa, condición, contexto, soporte, aval, secuencia, asociación, propiedad, contradicción, función, justificación, medio, etcétera” (Martínez 2008: 37)
[3] “En la investigación monodisciplinaria enfatizamos la comprehensión o profundidad a expensas de la extensión. Nos quedamos dentro del ámbito de una sola disciplina. Puede llevarse a cabo por uno o varios investigadores que comparten plenamente un determinado paradigma científico, epistemología, métodos, técnicas y procedimientos. Este enfoque lleva a aislar demasiado los elementos o las partes y su comportamiento, descuidando los nexos y relaciones que tienen con el todo y con otros “todos”[…]. En la investigación multidisciplinaria trabajan diferentes investigadores colaborando en un proyecto común. Los participantes pertenecen a diversas disciplinas y cada uno es básicamente independiente en su trabajo de los demás[…]. La integración puede consistir en preceder los resultados con una introducción, yuxtaponerlos u ordenarlos de acuerdo con criterios y seguirlos con una serie de conclusiones casi en forma de apéndice. Generalmente, hay también integración de términos y, quizá, de conceptos, para no confundir al lector, pero las verdaderas explicaciones se mantienen dentro del ámbito de cada disciplina y la autoría de cada parte es característicamente independiente”. (Martínez 2008: 90, énfasis añadido).
[4] “yo diría que el pensamiento complejo es ante todo un pensamiento que relaciona. Es el significado más cercano al término complexus (lo que está tejido en conjunto). Esto quiere decir que en oposición al modo de pensar tradicional, que divide el campo de los conocimientos en disciplinas atrincheradas y clasificadas, el pensamiento complejo es un modo de religación (religare). Está, pues, contra el aislamiento de los objetos de conocimiento, reponiéndolos en su contexto y, de ser posible, en la globailidad a la que pertenecen. […] En lo que se refiere a la idea de dialógica, ésta permite relacionar temas antagónicos que están al límite de lo contradictorio. Lo que quiere decir que dos lógicas, dos principio, se unen sin que la dualidad se pierda en la unidad; de donde resulta la idea de Unidualidad que yo propuse para ciertos casos, como en aquel hombre, cuyo ser es unidual, es decir al mismo tiempo totalmente biológico y totalmente cultural[…]” (Entrevista a Morín. En Vallejo-Gómez 2009:41-42. Las cursivas son del autor).